Al analizar todo lo que pienso, digo y hago, al parecer esta es la bella imagen que tengo de mi persona. Una imagen de malvada, peligrosa, un ente sin corazón, una serpiente dispuesta a hacer pedazos inconscientemente a quien se interne demasiado en su mundo emocional. Una bruja que escatimará esfuerzos por destruir las antaño alas de ángel desterradas del seno del cielo. Una simple alma torturada que no dudará en hundir en azufre e infierno cualquier sentimiento por no querer tener nada que la aferre a la vida que es lo que tanto odia desde la ultima noche antes de vivir...
A veces pienso que debería ir a un psicólogo y tratar de ser una persona "normal como todas" y pasar al otro lado de la ribera y perderme como tanta gente lo hace en el amor, no darme tantos rodeos y entregarme a vivir y encontrar mi libertad en la esclavitud que me provoca la existencia común y corriente, donde los sentimientos relativos a lo sentimental no son vistos como algo patético. Sin embargo, aún no lo sé, creo que definitivamente el psicólogo es una buena opción, o tal vez no, hay que probar... bueno, el despertar todos los días con deseos de estar colgada con una soga al cuello perfumada con sangre de mis brazos creo que no esta muy bien que digamos...