una desterrada más de la muerte

miércoles

Ayer me enteré que tengo que reestructurar mi esquema. Que no es lo mismo un año más o un año menos, y me sentí tan sola, todos estamos solos, y no siempre nos damos cuenta de ello. Ahora tengo que acostumbrarme a otra gente, empezar de novo lo que me ha costado años y aun así no ha resultado. Me cuesta pensar, meditar. Cada vez que me comunico con mis amigas de la U, me acuerdo que ya no estaremos juntas, en el mismo curso, me refiero, y me da pena, mucha. Sí, lo sé, sé que fue mi culpa, responsabilidad, para que suene más bonito, pero eso no significa que no debe doler. Pese a todo uno siempre guarda la esperanza hasta el minuto final, cuando haya que enfrentarse a la realidad y meterse la esperanza en el bolsillo. “despiértame cuando pase el temblor...”. Al menos enredándome en mi soledad, no debo sonreír para hacer sentir bien a alguien más, al menos puedo vivir mi luto como corresponde, escondida en las piedras de mi cementerio mental, donde no pueda llegar ni una flor, ni una diáfana mirada, ni un pajarillo alegre a cantar en el silencio, tan solo un avecita triste a hacerme compañía acepto. No es el fin del mundo, es tan solo el fin de un año que no fue el mejor, aun así, como escuché alguna vez por ahí, es una lección, dura, pero lección al fin y al cabo.

Memorias de un luto cursi (le han de llamar por ahí)

Violet Manzi