una desterrada más de la muerte

martes




Muchas veces cuando uno va cayendo en el vacío, se pregunta cuando dejará de caer. Pues bien, yo ya terminé de caer, había tanta distancia entre el principio y el suelo, que creo no quedó ni uno sólo de mis huesos sin destrozarse. No tuve nadie que me salvara, nadie que me esperara en el fondo, ni nadie verá mi cuerpo roto ni encontrara mi alma vagando en el abismo.


No puedo levantarme aun, no sé cuanto tiempo tiene que pasar para que solden unos huesos, sólo sé que para que un alma despedazada sane hace falta nacer de nuevo...


He llegado a los límites de mi conciencia, he sobrepasado las barreras de lo patético. Ya no soy más un ser humano, soy una gata roñosa y sin dueño que busca un poco de alimento, un perrito con tiña que se acerca peligrosamente a la gente. Soy un lobo que ahuya a la luna y al silencio, un lobo en el monte, haciendose el triste, patético animalillo. Ya no soy más el payaso alegre y un tanto insolente, soy un gusanillo rastrero, de esos que se revuelcan por el zapato ajeno, hasta que lo maten. Mezcla de gata, perro, lobo, gusanillo... nada, una basurilla en el embligo. No me importa nada, ni mi vida ni la alegría, ni los amigos, ni la muerte que nunca besará mis labios. estoy en el extremo más doloroso al cual pude llegar, me lo busqué, lo encontré, lo merezco, porque siempre me las busco, SIEMPRE.


Ojalá puedas odiarme menos de lo que me amaste. Ojalá no pueda odiarte tanto como te amo. Ojala la indiferencia se pose en mi retina para siempre, para olvidar, para NUNCA MÁS volver a caer, para NO volver a creer... para no volver a enredar mi piel en el fuego.


Polichinela 12:48 24/06/08