y para culminar mi record de escribir estupideces en mi blog, puedo coronar con un poema que escribì hace màs de un año, idiocia pura...

PETALOS EN LA LUNA

La serpiente ha asistido al baile de los sentimientos,
luces de todos colores han salido han salido a su encuentro.
La serpiente ve la vida pasar ante sus ojos.
Las espinas clavan, los pétalos son como ácido,
el mar de su cabeza está en tormenta,
la serpiente no es tan fría, su sangre se condensa,
hay una lluvia de secreciones sentimentales,
esto es demasiado para ella, cuesta soportarlo,
su cascara de dura piel se está haciendo pedazos.

La serpiente está acostumbrada a la pérdida constante.
se pierde a sí misma una y mil veces en un día,
pierde lo que quiere, parece no darse cuenta,
la serpiente ya no siente, o prefiere no sentir,
pero la serpiente aún está viva.
Un río de sangre y lágrimas yace en su interior,
pero ella parece no verlo, finge no darse cuenta,
no sabe expresar lo que le pasa, no lo entiende.
La serpiente siente, y aún así está fría como el hielo.
La llama de su corazón se ha extinguido
por mano de sombras depredadoras obscuras,
su boca ha sido tapada por una mano conocida,
son sus propios dedos enlazándose en su rostro.

La serpiente danza el baile de los elementos,
parece atrapada en un paroxismo de éxtasis convulso,
su cabeza ha sido rapada de sentimientos
y está absorta en su propia imagen del espejo.

Cadenas invisibles envuelven su filiforme cuerpo,
una cruz se ha marcado en su frente para siempre,
es el estigma que yace en su viborezca sangre.
Una saliva espesa ha anudado su garganta,
el aire entra como asfixiante gas a sus sentidos.
La víbora ya no tiene rostro,
sus párpados han sellado sus ojos para siempre.
No puede ver nada, se desespera.
No tiene brazos, se siente atada.
no puede llorar, no puede hacer nada,
sus sellados párpados no pueden dejar salir una sola lágrima.
Las flores danzan a su alrededor,
éstas son hermosas, no puede verlas.
La serpiente no puede sentir intensamente el amor,
el karma de su espíritu cada vez es más cruel.

El baile se acrecienta,
la serpiente sólo puede sentir el sufrimiento.
La serpiente está mutilada,
la serpiente está flagelada,
la serpiente ha borrado su rostro,
la serpiente ya no siente nada.
Su cerebro se desparrama en un lodo de fría indiferencia.
La serpiente no tiene alma,
se la ha robado una mano conocida,
es su propia mano crucificada.

AUTORA: NELLY ENCINA AGUILAR
STGO. 29 DE marzo del 2004