una desterrada más de la muerte

lunes

El maldito castillo de naipes llamado familia


El maldito castillo de naipes llamado familia se desarma, las cartas caen una y otra vez, caen, se levantan, flotando, bailando en un burlesco baile llamado mentira. Un señor nos pretende engañar, y doy mi vida que no logra engañarse ni a sí mismo, ni lo que siente por nosotros. Un eterno desfile entre sí y no, donde nunca se sabe el final de la historia, la resolución a tanto pisotear nuestra dignidad desde que tengo memoria. No sé si se irá o se queda, no lo sé, ya no me importa. El sueño de infante inocente, de tener una familia normal, se perdió hace años, entre faldas, rouge barato y polvo, entre la irresponsabilidad de alguien que jamás quiso asumir su condición de no amarnos lo suficiente como para dejar de hacernos sufrir. Murió en el cuerpo de una niña, que con sus propios ojos, a los siete años, comprobaba que nunca tuvo al ídolo que la mayoría suele tener en su tierna infancia, llamado PADRE, alguien que a los siete años ya tiene que razonar como un adulto de corazón envejecido. No podía caer del pedestal, pues nunca lo subí a planos tan superiores en mi vida, no sabía como hacerlo después de todo.
Y ya cualquier cosa que ocurra no te importa mucho, al fin y el cabo, todo siempre sigue igual, y te puedes pudrir con lo que sientes, que al final estás sola, viviendo con cinco personas, pero estás sola, no puedes hablar mucho del tema, porque ninguno es demasiado sincero, incluyéndome. Al menos ya estás grande, y sabes que no te pueden golpear por decirle a alguien que es un mentiroso. Sólo que las conversaciones traen recuerdos, y es ahí donde el dolor hace su entrada, diciéndote que aún no superas realmente, o no te acostumbraste nunca a una situación, recuerdas lo malo y lo bueno se lo lleva el diablo. No lloras, no haces nada, sólo te sientes como la peor de las mierdas, y el nudo en la garganta no te deja respirar bien. Tu dignidad yace en el suelo, te sientes engañada, y sólo puedes cerrar la página, tomar una guía de estudio y no pensar, luego viene el sueño reparador. La pena que sientes no tiene sentido.

02 de diciembre de 2005 02:48 AM

1 Comments:

At 1:08 p. m., Blogger planetario81 said...

el cine, el cine... estoy tan atontada que ya ni puedo pensar bien, paresco sonambula a veces. puta la wea!, quiero dar luego ese examen, que sea lo que sea y punto, para poder ponerme a trabajar... por la cresta...

 

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