De infiernos y demases...

Esperar en mí tímido infierno el retorno del trizado segundo en que tus labios se escapan de este perdido submundo de fuego.
Esperar en sueños despierta, un viaje seguro al pasado y sumergir mi locura en tu cuerpo al concluir este final desangrado.
Subir al corcel de tus manos y de nuevo herirme en la espera. Sacudir mi justa condena en los amuletos de la cruz que renueva cada día mi sangre.
Y cuando mi final haya acabado sólo podré asomar tímidamente mi rostro hacia la luz, y nacer de nuevo entre sol y tinieblas, y sólo quedará repetir la historia una y mil veces, hasta entender por completo que los seres como yo no vienen al mundo sólo a reír, amar y llorar, sino a vivir el sin sentido de una pocas palabras en un mudo cuaderno.