una desterrada más de la muerte

jueves

Pesadillas o sueños dolientes

Es increíble como un sueño puede hacerte llorar tanto y aún así, al despertar, no borrar la culpa que pesa sobre tus hombros, tras sentir que hace mucho tiempo vienes haciendo las cosas mal. ¿A que me refiero? ¿ A que punto quiero llegar con esto? Lo que trato de decir es que he descubierto que amo a una mujer que me ama igualmente, una mujer que siempre ha estado ahí, para mí, para protegerme, pero por sobre todas las cosas para hacerme sentir la niña más amada del planeta, y nunca, nunca he sido capaz de decirle un “te amo� de forma sincera, mirándola a los ojos, ¿porque?, no lo sé a ciencia cierta, talvez es por vergüenza o por temor de sentirme vulnerable al decir “ te amo� a alguien, pero por Dios! ¡¿ Quién siente vergüenza de decirle un “ te amo� verdadero a su propia madre?! Porque extraña razón soy capaz de decir “ eso� a amigas, pero no puedo decirle eso a los miembros de mi familia?, parece que estoy mal enfocada. Cuándo olvidé el arte de querer honestamente? Que me pasa? Me he portado tan mal con ella y sé que si le pasara algo quedaría muy culpable, y sentiría que de uno u otro modo la estuve traicionando desde que nací. Sí, porque ella siempre ha recibido espinas a cambio de amor, y cuando nace su hija, también nace la esperanza de una rosa, pero dura poco, porque luego la madre llena de ilusiones descubre que aquella alma dejó oculto el amor para en su defecto reemplazarlo con indómita amargura, y que su niña esperada por tantos años no era otra cosa más que una serpiente adolorida de vivir y como toda serpiente se acompaña de veneno, y peor aún, porque las víboras son capaces de demostrar su dedicación a los suyos, yo no soy capaz siquiera de demostrar el cariño que siento, todo esto se queda atrapado y no queda otra salida que apretar los párpados, suspirar y volver a soñar para ver si en algún instante la quimera de vivir se vuelve tangible, y no sólo el tenue reflejo de un rayo fugaz en una lágrima que ruede mi mejilla y me recuerde que aún estoy viva. Que pensar después de darme cuenta que la última vez que lloré fue por culpa y no por tristeza. Fue demasiado horrible la sensación de algo premonitorio, si bien no en hechos concretos, sí en sentido emocional, y me da miedo, y me siento atrapada y quiero cambiar las cosas y finalmente termino por echarme en la cama y pensar como una atolondrada en lo que siento y hasta en los malditos empresarios que le roban a los pobres, en vez de pararme y abrazar a mi madre y decirle que la quiero...